En mi podcast del martes hablé sobre el amor real. No el que te vende Disney ni el de las frases de Pinterest. Hablo del amor que empieza con una misma. Porque cuando no nos amamos, cuando no nos elegimos, terminamos convirtiéndonos en algo que no queremos aceptar: personas amargadas, resentidas, que destilan veneno hacia otras mujeres solo porque reflejan eso que nos falta.
Lo entendí hace unos meses.
Conocí a un grupo de mujeres que al principio parecían Cool. Pero el tiempo revela lo que las apariencias esconden. Y
entre más las escuchaba, más entendía lo vacías que estaban. Hablaban mal de
otras, se comparaban, competían por atención, por aprobación. Era como vivir en
Los Juegos del Hambre, versión oficina. Hasta una me hizo una comparación
que me pareció tan absurda: “Esto es como un Toyota y pues tu vienes de un Ferrari”
No sabia si sentirme orgullosa de donde venia o sentirme avergonzada de donde había
caído.
No había liderazgo, ni sororidad, ni ganas reales de construir algo juntas. Solo un “yo soy mejor que tú”.
Y sí, me golpeó fuerte, porque era mi primera experiencia laboral en otro país.
Me hizo dudar de mí, de mis capacidades, de si en verdad era tan buena como
creía. Curiosamente, mi ex manager es hombre y en mi época laboral con el me hizo sentir capaz, inteligente, audaz. Pero con una manager mujer y
un equipo de solo mujeres... todo se sintió al revés. increíble Nooo!!!!!
Mientras todo esto pasaba, una amiga del yoga vivía lo mismo en su trabajo. Un grupo de mujeres atacando a una mujer por pensar diferente, por amar las plantas, por amar lo que ella es. Un ser maravilloso y autentico.
Y ahí entendí algo:
Cuando una mujer no se ama, se convierte en su peor enemiga… y en la tuya.
Cuando no se siente suficiente, odia a las que sí lo son.
Cuando no se siente vista, busca apagar la luz de las demás.
Y no lo digo desde el rencor. Lo digo desde el cansancio de ver cómo nos destrozamos entre nosotras. Cómo nos cuesta mirar con amor a otra mujer y decirle “te admiro” sin sentir que perdemos algo.
La falta de amor propio es una epidemia silenciosa.
Te lleva a sabotear, a competir, a destruir.
Y lo más triste: te hace olvidar quién eras antes.
Así que sí, esto es Eco de Vida:
una historia más sobre lo que la vida me enseña, sobre lo jodido que puede ser
crecer, sanar y seguir creyendo en lo bonito. Porque la vida sigue siendo eso:
amor, respeto, verdad.
Y solo cuando te eliges, todo empieza a tener sentido.

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por ser parte de Eco de Vida y por tomarte un momento para compartir tus pensamientos. Tu energía también hace parte de este espacio. 🌸